Alejandro Aravena recibe hoy el Premio Pritzker 2016, convirtiéndose en el primer arquitecto chileno ganador de la historia de estos premios, que llegan este año a su edición número 41.
Aravena es más conocido por sus trabajos en vivienda social que por los grandes edificios, que también los hay. Su proyecto Quinta Monroy, quizá el más significativo hasta la fecha, incluye a la comunidad en el proceso creativo. Se trata de “mitades de casas” para 100 familias desfavorecidas, esto es: en lugar finalizar una vivienda pequeña, el chileno propone el proyecto de una casa completa en dimensiones para el programa familiar, entregando finalizada la mitad básica necesaria y participando a cada familia en su finalización, lo que incentiva además el ahorro.

Las propuestas de Aravena en vivienda social, incluyendo a la comunidad en el proceso, pretenden dar respuesta a una situación de déficit generalizada en América del Sur, donde el crecimiento de la población va por delante de la planificación y desarrollo de las ciudades, creándose asentamientos irregulares en las periferias que terminan por consolidarse. Frente a esta situación, la administración carece de herramientas suficientes, siendo tarea del arquitecto pensar un modelo más eficiente, participativo y en evolución.

Foto de © Cristóbal Palma