Marbella pasa del ‘boom’ inmobiliario al socavón: sin plan de urbanismo ni licencias

Las inversiones inmobiliarias en Marbella caen en picado. Isabel Pérez, arquitecta y concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de Marbella, dice estar atada de pies y manos. Así lo manifiesta a El Confidencial al destacar que el número de licencias efectivas concedidas en 2016 cayeron un 10 por ciento respecto al año anterior. Sectores empresariales de la construcción califican la situación de “terrorífica para las inversiones”. El turismo residencial de lujo, la bandera que enarboló Marbella en el pasado, se acabó: la justicia ha dejado Marbella sin un Plan General de Ordenación Urbana, lo que asusta a los promotores, que huyen a otras zonas cercanas para invertir.Los grandes beneficiados de la suspensión del Plan General de Ordenación Urbana han sido los municipios vecinos de Marbella, que son los que se frotan las manos ante la llegada de nuevo (y viejo) maná en forma de ladrillo. La anulación del PGOU de 2010 por parte del Tribunal Superior a finales de 2015, ha beneficiado a Estepona, Ojén y Benahavís, una zona que ya es conocida por gente de la construcción como el “bendito triángulo de oro para 2017”. “Estepona está atrayendo a grandes inversores que antes escogían Marbella. Este es el termómetro de que nuestro municipio se va posicionando cada vez mejor en el mercado y de que vamos generando empleo y riqueza, también en este sector», destaca José María Urbano, alcalde del PP, a este medio.

Mientras tanto, el Ayuntamiento de Marbella —gobernado por el PSOE con apoyo de IU, OSP y Podemos— sigue dando pasos para intentar resolver la situación urbanística del municipio tras la anulación del PGOU de 2010. Isabel Pérez no está de acuerdo con los datos que arroja la oposición: “Ese panorama negro que quieren dejar ver de Marbella no es así. Es de un cinismo atroz que el PP tache la situación de escenario oscuro en el urbanismo de la ciudad cuando los cinco últimos años tratamos con una herencia de ellos. No debemos olvidar que en un juzgado de Marbella, el juez Gonzalo Dívar investiga la denuncia de la Fiscalía por la que presuntamente Ángeles Muñoz, ahora senadora del PP y antes alcaldesa de la ciudad, habría falsificado el PGOU. Es muy fácil echar al nuevo equipo la culpa cuando hemos heredado estas irregularidades de ellos», subraya, indignada, la regidora de Urbanismo.

Sin embargo, mientras el número de viviendas visadas en la provincia de Málaga durante 2016 aumentó un 23,9 por ciento con respecto al ejercicio 2015, en Marbella bajó, según los datos que nos facilita la propia regidora de Urbanismo. En 2015 se visaron 492 y, en 2016, solo 173.

Sin PGOU y sin licencias en Marbella

Mientras en los juzgados se dirimen responsabilidades y un nuevo PGOU se intenta poner en marcha, Estepona, Benahavís y Ojén son los municipios que aprovechan esas lagunas legales para sus inversiones inmobiliarias. Los tres municipios ya se han beneficiado de las dificultades que hasta ahora atraviesa la situación urbanística marbellí. Desde el PP marbellí critican lo que «supone para Marbella de pérdida de empleos, la fuga de la inversión así como una merma en la recaudación municipal». El problema radica en que la anulación del PGOU provoca que muchos terrenos donde había planteadas viviendas no sean ya hábiles para construir.

Pero este no es el único hándicap con el que lidia la delegación de urbanismo de la ciudad. Uno de los focos críticos de este departamento es que no se conceden licencias. Como ejemplo, una de las villas que más ha copado planos de televisión, «Mi gitana», la que fuera propiedad de Isabel Pantoja y ahora adquirida por un empresario británico, está paralizada. El nuevo dueño compró la vivienda para edificar una nueva. La empresa constructora para este cometido se queja: “Tenemos todos los papeles cursados, pero ahora no nos dan la licencia en urbanismo. Esta delegación del PSOE es una vergüenza. Está todo parado porque en esas oficinas no se mueve ni un papel. Existen muchas fincas en Marbella donde no se pueden dar licencias desde la anulación y esto está bloqueando el mercado para invertir», sentencia el dueño de la constructora al que se le ha encargado el proyecto de la nueva villa que ocupará el terreno de la casa de la tonadillera.

El turismo residencial de lujo, la bandera que enarboló Marbella en el pasado, se acabó: la justicia ha dejado Marbella sin un PGOU

La concejala de Urbanismo esgrime a El Confidencial que tiene como prioridad para este 2017 reducir el tiempo de tramitación de las licencias de obra. Según la edil: la próxima aprobación de la adaptación del PGOU de 1986 a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA), va a repercutir en una mayor agilidad a la hora de la tramitación de los expedientes. “De todas formas —explica— si echamos la vista atrás, en la época del GIL se tardaba hasta dos años en dar una licencia. Nosotros hacemos lo que podemos. Es cierto que en 2016 ha habido una caída en los visados de viviendas, pero estamos seguros de que este 2017 va a ser mejor”, asegura.

La concejala quiere dejar claro que siguen llegando proyectos. Un buen ejemplo es el de Fontana, en Camojan. Cinco nuevas villas, arquitectónicamente exclusivas, desarrolladas por ‘sir’ John Beckwith, de Pacific Investments, en el Reino Unido, en combinación con Penna Property Partners. “La primera residencia, la Villa 5, estará terminada en septiembre de 2017. El resto de villas se finalizarán, de forma progresiva, hasta concluirlas en septiembre de 2018”. Los precios partirán de siete millones de euros. Pérez asegura que “en el segundo semestre de este año se podrá licitar el PGOU y todo va a cambiar para Marbella”.

Ojén, Estepona y Benahavís se comen el pastel

Mientras tanto, el municipio de Ojén, pegado a Marbella, sigue creciendo. Su alcalde, José Antonio Gómez Sánchez, destaca que hay muy buenas cifras de inversión en su ayuntamiento en cuanto a licencias de obra. Uno de los proyectos de más calado que les ha llegado es “Palo Alto”. La promotora, Round Hill Capital, recalca que aunque pertenece al término municipal de Ojén está “a escasos 4 minutos de Marbella”. La primera fase consistirá en 75 apartamentos de lujo de estilo vanguardista que comienzan su construcción este mismo mes. El beneficio será para Ojén y las viviendas han sido adquiridas en un 50 por ciento de la primera fase inicial. En total, el plan supondrá una inversión de 250 millones de euros y empieza a generar cientos de puestos de trabajo, directos e indirectos.

Y los proyectos también llegan a Estepona. Como una urbanización de 52 villas de lujo de diseño escandinavo y un entorno andaluz que para el alcalde, García Urbano, posicionará a su villa como una de las ciudades andaluzas «donde se percibe de forma más clara la recuperación del sector inmobiliario. Para este gobierno, es fundamental potenciar decididamente el turismo residencial en nuestro municipio», insiste. Dentro de unos días, Estepona presentará en Fitur su nueva gama de hoteles en construcción. Uno de ellos es el Hotel Boutique El Pilar Andalucía, un espacio en el centro histórico, erigido ante la creciente demanda de los turistas en esta zona. Tendrá un coste de 10 millones de euros, según los promotores, que se sumarán a los 40 millones de los ocho hoteles del centro histórico.

Y la tercera esquina del ‘triángulo de oro’ de la construcción en la Costa del Sol, a medio camino entre Marbella y Estepona, es Benahavís, un diminuto pueblecito que destaca por su situación económica: una de las más envidiadas por los municipios de alrededor. Ateniéndonos a las cifras, este ayuntamiento cuenta en la actualidad con un superávit que supera los 60 millones. En lo que se refiere a urbanismo, el municipio sigue recibiendo ofertas de promotores interesados en construir nuevas villas mientras la actividad económica del enclave procede principalmente del turismo residencial. La Zagaleta, una de las urbanizaciones de lujo más espectaculares de Europa, pertenece a Benahavís. El IBI, por ejemplo, supone el 80 por ciento de los ingresos de las arcas municipales. No es de extrañar, pues, que Marbella busque cómo desarrollar un nuevo plan que permita volver a reactivar la construcción antes de que sus vecinos se coman el pastel.