SPA SAN ROQUE CLUB GOLF
La superficie construida es de 620 M².
El uso de materiales tradicionales mezclados con elementos decorativos modernos es el principal concepto en el que se desarrolla esta propuesta.
A nivel de layout se generan dos zonas principales de uso. Por un lado las salas de tratamiento, con una materialización de relax y disfrute, reforzada en la utilización de materiales tradicionales de la arquitectura andaluza, como así también en la calidez de las texturas, para lograr el efecto deseado.
Por otro lado, la zona de agua con la idea de crear pequeños rincones y ambientes que sigan bajo esa misma idea de tranquilidad, reforzada por el uso de una baja iluminación, a medida que nos acercamos al jacuzzi exterior el uso de la luz natural cobra importancia y a la vez que realza el placer de disfrutarla.
El tratamiento del eje principal que vincula las dos zonas es un claro ejemplo de la idea conceptual, colocando la fuente en un extremo de este eje, con iluminación natural que le da un carácter casi de patio. A medida que nos adentramos en el pasillo, la luz natural se va filtrando y empiezan a cobrar importancia otros elementos de la arquitectura interior.
Por último, los materiales empleados como el barro, la cerámica, la madera y la piedra natural pertenecen al amplio espectro de revestimientos tradicionales de nuestra arquitectura. Su uso y utilización racional cobran un papel clave a la hora de crear estos espacios.
VISIÓN DEL TRABAJO DE ARQUITECTURA:
El Spa de San Roque Golf Club es un proyecto que podríamos clasificar dentro de una arquitectura de tipo comercial. Un proyecto ubicado en la Urbanización San Roque, cerca de Sotogrande en Cádiz. El proyecto desarrollado en su interior un complejo programa de Spa con los circuitos y las estancias características de estos lugares. Este estudio de arquitectura en Marbella trata de buscar una nueva dimensión a un tipo de proyecto de características convencionales y desarrollado con anterioridad en multitud de ocasiones. No aceptar la idea convencional y repensar un concepto para hacerlo mejor.
Manteniendo intacto el funcionamiento tradicional de un spa, con sus recorridos y sus circuitos, los arquitectos llenan de matices los espacios. Juegan con la entrada de luz, tamizándola en unos lugares. Dejándola fluir o simplemente impidiendo su entrada. De esta manera controlan el degradado de luz natural para jugar con los sentidos de las personas que recorren los espacios. Los materiales forman parte de este juego y están elegidos y situados de formas muy concretas. Materiales cálidos, porosos, suaves o rugosos según el lugar o la intención de los diseñadores. Nada queda al azar. La forma de los techos también ayuda a caracterizar los lugares comprimiendo o dilatando los espacios, contribuyendo a hacerlos dinámicos o estáticos.
Se trata de un proyecto arquitectónico en el que el desarrollo del interiorismo por parte de los arquitectos es pieza clave en el resultado final. Materiales, formas o dimensiones están al servicio de los sentidos de toda aquella persona que recorra el interior.
