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Elegante, funcional, versátil y con ese punto de locura que tan bien define a Starck. Así es la silla Mademoiselle, que combina el policarbonato transparente o coloreado en la estructura con el asiento de poliuretano forrado en tejidos de mil diseños, lo que le permite adaptarse a cualquier espacio y ambiente, ya sea el hogar, la oficina o el restaurante.La fabrica Kartell y, como casi todo lo bueno, no puede decirse que sea muy asequible.
Hay otra Mademoiselle, finlandesa y de 1956, pero de ella os hablaremos otro día.